La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Adicciones, nefastas adicciones

- No subas. Si me pruebas vas a querer repetir. Soy adictiva y poco recomendable- le dije en mi portal la primera noche que me acompañó caminando a casa, desde el centro.
- Tranquila, ni fumo ni bebo- me respondió él, con una insolente seguridad.
Desde aquella noche, visitamos nuestros cuerpos más frecuentemente. ¡A Algo tenía que engancharse!

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