La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Vendo sentimientos por 20 céntimos

Mis relaciones personales suelen tardar tiempo en solidificar, vamos, incluso dicen que soy una persona complicada de tratar. Comentan que echarse una caña conmigo suele ser sencillo, pero progresar difícil y ya conocer mis miedos, mis sueños, mis sentimientos, prácticamente imposible. También cuentan que cuando por fin me desprendo de mi coraza, me desnudo por completo y es demasiado fácil hacerme daño porque soy vulnerable y confiada y nunca aprenderé a responder a un buen ataque, más bien agacharé la cabeza y no dejaré que nadie observe mi dolor. De hecho, sonreiré aún más si me es posible.
No suelo decir cuando me siento mal, quizás por eso necesité durante años la escritura, para liberarme de esos sentimientos que me oprimían. Posiblemente, lo peor no es que no comunique mis sentimientos, sino que soy una especialista en que no se me note nada (tuve que practicarlo casi de modo obligado durante más de 8 años de mi vida). Pero, evidentemente soy humana y en ocasiones tengo miedo, me siento confusa y lloro.
Intento no cargar a quienes me rodean con esas inseguridades que llevo ancladas a mi cuerpo, fruto de mi pasado y del que nadie es culpable. También procuro compartarme con los demás como me gustaría que lo hicieran conmigo. Me ocupo de ser justa, de no ser demasiado visceral (esto también lo he aprendido con el tiempo). Suelo, además (no sé si esto es demasiado bueno) quejarme si siento que los demás me juzgan de modo injusto y deploro que la falta de coherencia.
Yo soy una persona insegura. Sin embargo, aunque lucho por que esas inseguridades no guíen mis comportamientos, en ocasiones aparecen, me asusto e, incluso, me paralizo. Me quedo inmóvil por que no sé qué hacer para afrontarlas. Luego, si logro reaccionar, suelo hacerlo bastante mal. Soy una experta en escapadas, poco honrosas, por cierto.
No hablo de lo que me asusta, lo combato sola, no incluyo a nadie en esas pequeñas batallas cotidianas por miedo a que se sientan culpables, por miedo a que lo vivan como un reproche (es más fácil estar a la defensiva que escuchar).
No escribo esto pensando en nadie, lo aclaro desde ahora mismo. Lo escribo porque necesito reflexionar, necesito saber si estoy siendo justa yo misma, si lo que siento en estos momentos es justo y racional o sólo la pataleta de una niña pequeña malcriada. Porque necesito pararme, respirar y saber si los pasos que estoy dando son los correctos.
Sólo sé que ahora siento miedo, quizás rabia una pizca también, y unas ganas tremendas de llorar. Sólo sé que no quiero sentirme nunca más como me sentí y que si me siento mal es porque no es bueno para mí. Sólo sé que me siento dolida.
En fin, a veces, durmiendo todo se ve diferente.

2 comentarios:

elniñotriste dijo...

Me has dejado el corazón entre andamios como decía hace ya demasiado tiempo una amiga...

No te conozco suficiente para darte o quitarte razón en lo que dices, pero me he identificado con algunas de tus palabras Sólo con algunas, compañera

No creo que seas una persona complicada de tratar No te he visto nunca (por desgracia) y, como niño, siento tus miedos, tus sueños y en ocasiones hasta tus sentimientos muy cerca En mi propia piel más de una vez, niña No me preguntes cómo ni porqué pero sé que conectamos Y no es la primera vez que te lo digo porque lo siento así Creo que eres una personita especial de las que valen la pena; llores, te enfades, patalees o sonrias De verdad

He sido mucho tiempo yo tb (y sigo siendo) experto en disimular desgracias, miedos y dolores Lo aprendí de pequeñito y ahora me empeño en vivir siempre como si ese trágico día fuera el principio de todo Como si, aunque sólo sea por cabezonería, mi felicidad tenga que empezar desde allí Y no me puedo quejar Alguans de las personas a las que les ha tocado pasar por mi vida no lo han sabido entender ni han tenido la suficiente paciencia para enseñarme pero poco a poco he ido aprendiendo a confiar esas cosas a quien lo merece y lo demuestra con su cariño o simplemente escuchando detrás de una cerveza

Y así aprendí a escuchar y entender las situaciones que viven las personas especiales que comparten mi vida (entre las que te has ido haciendo un pequeño rinconcillo) Tu y yo, que sabemos de la revolución y su importancia, que sentimos el mundo como nuestro y luchamos por mejorarlo, no podemos perdernos entre los miedos sin compartirlos Deja que los demás combatamos a tu lado, quienes tu quieras, pero en compañía Los miedos casi desaparecen entre las risas de los amigos, lo sabes Y siempre es mucho más fácil ganar cualquier batalla cdo se pelea con quienes se quiere...

Aquí tienes al niño triste para lo que necesites, compañera Ni lo dudes, eh? Y sonríele al mundo wapisima Verás como el mundo te devuelve la sonrisa

Cuidate mucho Rebeka; espero que pronto me escribas y me digas ke estas mejor, que sólo fue un mal ratillo... Que ya sonríes y tienes otra vez ganas de luchar

Hoy te mando un abrazo enorme, vale? Y todos los muxus que quieras desde nuestro Norte!

elniñotriste dijo...

Madre mia, me he pasau jejeje Para que veas que era verdad que me has dejado preocupado!!