La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

No sólo vivo del aire.

La vida sonríe y yo con ella.
Me duele el cuerpo, todo el cuerpo. ¿De qué?
De disfrutar ni más ni menos, de vivir un concierto estupendo de Extremoduro.
No podía tener mejor compañía, una rubia loca con la que ya he compartido muchas batallas. También estaba por allí un chico estupendo.
No necesito mirar al pasado para verme feliz.

No hay comentarios: