La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Lunes de funeral
Perseguí, a tientas,
las huellas de tu cuerpo.
Me encerré en aquella oscuridad
en la que me abandonaste.
De repente, un día, dieron la luz
y tanta claridad me cegó.
Nunca más pude ver.
Nunca más pude observarme sonriendo en un espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario