La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Con mi boina gris

Hay una frase de un grupo que me gusta que dice:
Deja que sea el tiempo el que te de las horas.

Yo me digo a mí misma,
deja que sea la vida la que te de el tiempo.


Mi vida esta semana me vuelve a ofrecer trayectos fantásticos en bicicleta, pedaleando contra el viento, con las hojas acariciándome la cara y el frío contándome que estoy viva.

Adoro el otoño.
Me siento dichosa.
Queriendo hacerlo bien,
cuidando de la gente que me importa.

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