La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Café removido con tus besos

Me tocaste con la varita mágica que reside en tus labios.
Magia escondida en rincones cotidianos, en tu cuerpo bien armado.

Madrugaría todos los días para que el café me sepa a felicidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Madruga todos los días, hasta que el madrugar ya no sea lo que te da la felicidad.

Anónimo dijo...

Ayer te eché de menos...una vez más.

la punta de mi lengua dijo...

David:
¡Cuánta sabiduría! Y qué lindo lo que planteas. Me lo apunto no lo dudes.
Anónimo:
No sé si que me eches de menos es bueno pero... gracias.