Nos despedimos en el torno.
En la escalera mecánica iba a volverme
para mirarte y entonces recordé
algo que habías contado días atrás:
«El hombre y la mujer se despidieron
y él pensó:
“Si le gusto, se dará la vuelta”»
Ella se había girado.
En la escalera mecánica el recuerdo me hizo reír
y también tuve miedo:
no me giré.
recuerden: www.lamiradaoblicua.bitako.com
1 comentario:
Hay gestos muy elocuentes, tanto, que ni un centenar de palabras pueden emularlos.
Es una pena que resistieras el impulso y "censuraras" el momento.
Quizás la próxima vez....
Un abrazo!
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