La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Soborno amoroso

Laxitud para doblegarme con tus besos,
Aspirar esencias del paraíso perdido y
Molerme con las sacudidas de tu cuerpo.
Oiré mis llantos y no me inmutaré.
Robásteme órganos y pellejos,
Devolviéndome el dolor y las migrañas.
Imágenes de cuerpos enredados y desgatados.
Díscolo el amor que te profeso
Anclada a mi alma la triteza que no logro rezumar.

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