La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

No estamos muertos


Camínala, la vida.

No la dejes atrás.

Rómpete la camisa, ensúciate las manos.

Lo que necesites, pero no te salves, amigo.


Romero,

lavanda,

jazmín,

sándalo,

limón.


Algunos se salvaron,

mira que lo gritamos.

Ahora, algo cerca de ellos huele a podrido.



2 comentarios:

vafalungo dijo...

Algunos se salvaron, cierto. Pero todavía quedamos algunos que escogemos no hacerlo. Somos más de los que creemos, pero no siempre nos vemos.

la punta de mi lengua dijo...

Somos menos de los que sueño. En especial, echo de menos a algunos que se durmieron.