La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Sin precauciones

Los recuerdos que mentan el jazmín,
que planean sobre mi cabeza los días de fiesta
e intentan escabullirse de mis límites las jornadas laborales.
Los recuerdos los aplasto contra mí
y en ocasiones los hago morir en el suelo.
No estás pero te siento a trompicones,
te insertas en mi cuerpo
te inventas otros pechos.
Castigas el tiempo.

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