Cuando el frío empieza a calar en tus huesos, no le dejes apoderarse de tu corazón, de ese nuevo órgano que habita en tu pecho, que late de un modo tal salvaje que hasta en la Pampa oyen el estruendo.
Toma un pechón de su pelo, transpórtalo por entre tus dedos y deja que todo su perfume te muerda por dentro.
No hay horas tan felices como las que aprovechas navegando en su cuerpo.
La vida malgastada está siendo salvada.
El amor descubierto, cuando creiste nunca verlo.
Ama, ama ya que nunca lo hiciste.
Y fúndete con su magia, su aroma, sus besos.
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