La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Congelamos lo que fuimos

Se me olvidó recordar
que si los pájaron emigran es que llega el frío
y la ausencia de tus horas en mi ombligo.
Porque el cuerpo se queja
no de los quehaceres,
sino de la falta de abrigo.

Congelamos lo que fuimos hasta que se rompa

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