La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Mi compañero, mi amigo y mi amor

Quien más y mejores obras ha hecho conmigo es la persona que quiero que me acompañe en las tempestades y en los amaneceres de la vida.

Amarte con la piel revolucionada,
amarte con el viento de frente,
amarte para esperar que llegue la primavera,
amarte para acurrucarme en tu vientre.

Sinceramente, tuya siempre.

Y demostraré que ya nada más me importa, que el único rostro que añoro es el tuyo, que las únicas palabras que pueden sanarme tiene tu timbre y tu pasión, que llevo jornadas intentando regalarte un sueño que sólo tú y yo entendemos.

Me dejé conquistar por pasiones infructuosas, olvidando que ya conocía el amor. Quizás un amor laborioso pero un amor inmenso igualmente.

Porque el verano me volvió a mostrar tu semblante, porque volví a sentir en mi piel las huellas que el tiempo no ha sido capaz de borrar, porque volví a sentirme segura a tu lado (¡Hace cuánto que no me siento segura!) porque volví a sentirme feliz y enamorada. Feliz de estar enamorada sin sentirme arrepentida y torpe por amar a quien amaba.

Serás mi compañero eternamente y soñar, sólo contigo, tiene sentido. Tú y yo sabemos soñar en colores.

No hay comentarios: