Intento explicarme ciertos acontecimientos, comprender mis comportamientos insípidos y ajenos a mi forma de ser.
Lamentablemente, no es sencillo. No hay peor juez que uno mismo. Te exiges mucho más y no aciertas con el castigo.
Pero al menos, me voy entendiendo.
Las piezas van encajando y voy sabiendo donde me alejé de mis ideales.
Estoy contenta sé a quien amo, sé quien quiero que sea feliz y yo soy feliz.
Ya no me regalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario