Queramos o no,
el físico importa.
Así que anoche me puse preciosa para mi cena.
Y evidentemente lo notaron.
Nada de maquillaje.
Un sencillo vestido negro,
una sandalias sin tacón sobrias.
Y una sonrisa radiante.
No creo que pueda olvidar los ojos de mi acompañante, acostumbrado a verme con vaqueros anchotes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario