La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Soluciones, permanentes

- ¡No he conocido a nadie que me haya hecho tanto daño! Ya ves como se comporta sólo por algunas mentiras. Dijo el entre sollozos a una amiga, mientras ésta le acariciaba el pelo.

- Ya, yo tampoco comprendo nada. Yo sólo te hubiera matado.

No hay comentarios: