La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Destino Buenaventura

No siempre lo que sentimos se puede describir con palabras.
Las palabras son enquencles y escurridizas.
A veces, hace falta coraje para afrontar los retos que la vida nos propone. Los retos y los juegos que, en ocasiones, se confunden.

Destierros y dentelladas.
Deseos.
Demencias.

He comenzado la retirada del campo de batalla porque esa guerra no me interesaba. Mi devenir es otro. No voy a luchar por cualquier causa, a cualquier precio. Prefiero guardar energías y fuerzas para otras contiendas.

Ya sé a que sabe el olvido.
Lo estoy paladeando como si fuera un gran caramelo de café que son los que más aprecio.

No hay grises, sólo blancos y negros, dicen. No, no hay grises, no voy a ser mediocre y conformista.
Blancos y Negros.
Blancos y Negros.

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