Sobre el espectáculo:
La compañía presenta una producción en la que el desarrollo conceptual va ligado, como su propio nombre, a un salto del bailarín ruso Vaslav Nijinsky.
Saltamos siempre por alguna razón, nunca por impulso propio: saltamos de alegría, de miedo, para superar un obstáculo, por curiosidad, por impulsarnos hacia otro sitio... El salto es trasladarse, es elevarse, cambiar a otro movimiento... En esta coreografía, el salto nos lleva, además, a comprender también los saltos de la memoria.
La idea central del salto de Nijinsky reside en las complejas aguas de esa memoria y en todo movimiento ligado al salto como juego, ritual, danza y competición atlética. Trabajar el salto como punto de partida es reencontrar impulsos primarios o incluso, atávicos.
(Por supuesto no es mío, sino de la información del Centro Cultural de la Villa).
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