La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

El salto de Nijinsky II

Palabras, amalgama de sonidos, fonemas alocados que buscan llamar tu atención y resucitar tus pensamientos.
Una bailarina que acompasa sus movimientos espasmódicos con la música inquietante que suena en la sala.
Un paso a dos, femenino, dos mujeres llenas de ritmo. Sólo disfrutar de la belleza de los movimientos.
Un paso a dos, clásico. Se quieren, se odian, se enredan.
Toda la compañía caótica, coordinada.
Un caos precioso.
Mil movimientos más que no puedo describir porque los ojos son más lentos que las manos.

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