La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Despedidas

He encerrado a la pasión y al deseo en una celda.
La llave la he tirado por el retrete, que se la lleve lejos.
A la gente hay que darle lo que pide, aunque no lo entendamos.


Teníamos que habernos despedido...

Decolorandome la piel y los ojos. Respetando.


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