La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

La virgen de la soledad

La virgen llora, derrama pedacitos de sangre de sus fieles.
Esos que ya no la quieren,
se fueron de farra donde hace calor,
donde se abrasan los cuerpos.
Los fieles son canallas con pelo largo,
con copas en la manos y
petacas en los bolsillo.
De esos que a la mañana siguiente se levantas sin saber lo que quieren.

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