La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

CARTA SIN DESPEDIDA (áNGEL gONZÁLEZ)

CARTA SIN DESPEDIDA
A veces,
mi egoísmo me llena de maldad,
y te odio casi hasta hacerme daño a mí mismo:
son los celos, la envidia,
el asco al hombre, mi semejante aborrecible,
como yo corrompido y sinremedio, mi querido hermano y parigual en la desgracia.

A veces -o mejor dicho: casi nunca-,
te odio tanto que te veo distinta.
Ni en corazón ni en alma te pareces a la que amaba
sólo hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia y
es más bello -quizá por imposible y por lejano-.

Pero el odio también me modifica a mí mismo,
y cuando quiero darme cuenta soy otro que no odia,
que ama a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido, y tiene,igual que tú, el cabello largo.

Cuando sonríes, yo te reconozco,
identifico tu perfil primero,
y vuelvo a verte, al fin, tal como eras,
como sigues siendo,
como serás ya siempre,
mientras te ame.

No hay comentarios: