La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Repercusión


Si me miras,
como sólo tú sabes mirar,
de ese modo que me penetra y me arranca la timidez,
no voy a poder evitar aceptar el envido y echarte dos más o las que necesitemos para acabar los amarracos y que la mañana nos encuentre con ganas de jugar otra partida más.
No saldrán las palabras pero tenemos señas para entretenernos.
Si me tocas,
desearé tocarte, lenta y apasionadamente.
Dibujaré deseos en tu vientre.
Me jugaré las prendas y apuesto perderlas todas porque desnuda contigo todo es más cómodo, los cuerpos se huelen y se saben bienvenidos.
Si me sostienes por la espalda,
si me invitas a tu lado
si me descubres la noche
si la vida se celebra, se grita, 
y si al salir el sol ni el sueño nos vence.
Es así, soy así, somos así, seremos así, pero no recuerdo cómo éramos porque eso ya no me viene a la retina.
Me provocas y yo me dejo, porque me gusta,

No hay comentarios: