La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Madurar
Crecí,
me olvidé de hacer pompas con el jabón,
perdí las ganas de trepar por los tejados,
aprendí a dejar los sueños colgados,
y me convencí de que no eran míos, sino prestados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario