La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.
Píntame de colores el cuerpo,
acaria mis miedos,
comparte mis metas y mis sueños.
Mánchate las manos construyendo el futuro conmigo,
poniendo ladrillos,
serrando barreras.
Y respira, respira a mi lado,
que sienta tu calor, que sienta el fuego de tu cuerpo en mis costuras.
Apriétame en las noches de tormenta
y en los días de tespestades.
Tengo miedo, siempre el miedo.

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