La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Obligaciones

Voy a hacer que llegues tarde a trabajar, te atraparé entre las sábanas que nos cobijan a la noche y te haré perder el tiempo lamiéndote el pecho y untándote de besos.
Voy a lograr que aparezcamos cuando la película del cine ya esté empezada y no nos importe, porque quedará el sudor del sexo.
Voy a conseguir que la sopa se quede fría y la pizza helada, mas podremos calentarnos con el fuego del deseo que nace en nuestros cuerpos.
No pararé el tiempo, eso es imposible, pero no seremos conscientes ni de sus caprichos ni de sus desperdicios. Estaremos ejerciendo el libre derecho de querernos, con pasion y devoción como nuestra fe (la terrenal y la deforme) exige.

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