La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Platos de cocina
Mi cuerpo, entero para ti,
te lo dedico,
te lo regalo.
Puedes saborearlo desde mis tobillos a mi ombligo,
para ti cada mañana,
para tus manos todas las noches.
Ahora tú puedes decidir si quieres devorarme.
¿Te atreves?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario