La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Extraños tiempos

¡Qué rara me siento llevando la contraria a más de la mitad de la sociedad española!La subida de impuestos parece ser que me ha enfadado bastante menos que a mis compatriotas. Bueno, por lo que vi el domingo a mi padre no le molestado lo más mínimo y a mi madre tampoco le incomoda. De hecho, siempre hemos dicho que no se puede uno fiar de un partido que habla de bajar los impuestos.
A mí me parece estupendo que suban los impuestos, en especial, si es para aumentar el gasto público: más becas, más ayudas para seguir desarrollando la ley de dependencia, pensiones dignas, salarios mínimos decentes, etc. Siempre he creido en la solidaridad ciudadana y ahora por tener un mejor sueldo no voy a dejar mis ideales a un lado.
Es cierto que los que tienen mucho, mucho, seguirán teniendo tretas a su alcance para no colaborar en aspectos sociales, pero es no elimina nuestra responsabilidad ciudadana en pro del bien social.
Nunca he disfrutado de una beca, no he estado en el paro (cruzo los dedos) y no voy a la seguridad social desde hace más de cinco años. Pero, no voy a dejar de pensar que son necesarios los servicios públicos "de calidad".
Esto no quiere decir que este a favor de todas las medidas del gobierno socialista (que ya podían olvidar este adjetivo).

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