La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Reír y llorar de felicidad

Este empeño mío

de nacer cada mañana,

me costará caro.

El mundo no soporta,

así como así,

que alguien se resista

a unirse a los adultos,

a los que saben más,

a los que dirigen mejor,

a los que "crecen",

a los que medran,

a los que pueden.

No soporta

a alguien que se resista

a esa especie de muerte

que ellos llaman vida.



Begoña Abad. Vestidos . 2007

No hay comentarios: