La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Lo siento

Ojalá no necesitara en ciertos momentos apartarme del mundo, dejar de existir por unos instantes y sentirme ligera.
Ojalá no me comportara de esta forma en la que parece que no cuento con la gente que me rodea, en la que parece que sólo la soledad me consuela.
No actúo así por egoísmo sino por el miedo a molestar a la gente con mis dudas, con mis miedos, con mis fracasos. Así lo siento, el miedo paraliza y sé que casi nunca me lleva a obrar de mejor modo posible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre obramos del mejor modo posible, aunque no nos lo parezca.