La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Con la ilusión colocada en mi almohada

Me gustan los días que se tornan especiales sin adornos, sin extravagancias.
Esas jornadas sencillas en las que no haciendo nada se puede disfrutar de todo.
Adoro los instantes en lo que mi cuerpo tranquilo descansa y no siente miedo y me quedo dormida a tu lado.
Me encantan las risas en las cocinas,
los sofas bien armados,
los salones bien vividos.
¡Gracias!

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