La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Invitación (con tequila y sal)

No deseo actos
contenidos,
inhibidos,
limitados,
y atados.

Quiero que el pavor no cruce el umbral que conduce a mi casa,
quiero que dejes el miedo antes de rozarte conmigo.
Olvida el miedo, los frenos, el llanto, el dolor.
Te invito sencillamente a
soñar,
disfrutar,
sentir,
vivir.

¿Quieres?
Si quieres, lo tienes.

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