La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
¡Buenos días!
Es un simple gesto que llena mi vida de calor.
Esos momentos en que los que tomas mis manos y las colocas en tus mejillas.
¡Estoy desintoxicándome de la cerveza de anoche!
Disculpen mi ausencia, necesito una aspirina.
¡Buenos días!
Recuerdos aplazados
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