Al instante echaste la llave y no pude volver a por mis pertenencias.
A veces, me acuerdo de los cuadernos en los que escribía.
Algunas noches, también echo de menos la cama en la que disfrutaba con otros.
Me cuentan que llevas un tiempo publicando con mi pseudónimo.
Me dicen que de noche, usas mi ropa.
Ahora, incluso, te muerdes las uñas.
Si te da por pensar, preocúpate.
Porque no se es lo que se quiere ser.
Se es, lo que se es.
Aviso importante: nadie debe darse por aludido.
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