Reconozco que me gusta ir al Santiago Bernabeu, comparto abono con mi madre, así que lo frecuento bastante.
Sí, ya me lo ha dicho mucha gente: no pega que me guste el fútbol, pero así soy.
Me gusta el fútbol pero a los aficionados maleducados lés pondría un tapón en la boca. Odio las cosas que dicen.
Yo soy apasionada, intento entender cada día un poco más el espectáculo que disfruto pero sigo sin comprender qué tiene que ver todo eso con los comentarios y las actitudes vergonzosas que observo.
Algunos de los días de partido, hasta le cedo el abono a mi madre y me quedo en casa con tal de no oír determinadas chorradas.
Por no hablar de los "muchachitos" (los odiosos muchachitos) de las banderas trasnochadas e irrespetuosas.
Volveremos, lo mismo un día me pegan porque mientras mis compañeros de asiento dicen verdaderas burradas, yo defiendo el fair play. ¡Un día me voy a llevar una bofetada! Mientras...
1 comentario:
Aunque con otro color de la camiseta, comparto la contradicción. A sol y sombra, en efecto.
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