La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Epílogo

Hay cosas que se rompen
de un solo golpe,
como una copa de cristal azul en el fregadero,
y que nada,
absolutamente nada
puede recomponer.

- la mirada oblicua-.


Podrido


Tenía que ocurrir


y Gané



dOS APUESTAS pero NInGuna me la VOY a cobrar.


¡Pero gané y me sienta la mar de bien!


En esta ocasión yo soy más lista-.



Si tú no te hubieras fallado, nada de esto habría pasado.


Esta vez nada es culpa mía.

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