La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Mi vida empezó aquel día

A veces las cosas pasan sin más, sin razón aparente.

Luego, analizas lo ocurrido y te das cuenta de que no hay mal que por bien no venga (ya sé que este no es un pensamiento original) y que lo hemos tenido todos).

Yo de momento estoy ahorrando energías y dejando satisfechas mis propias necesidades sin caer en la comtemplación de los achaques de los demás. A veces, resulta que con lo mío ya es suficiente.

La vida y su ritmo, la vida y sus ausencias. Los huecos a veces cómodos y necesarios.

Despídanme de los muertos que yo no tengo tiempo para ir de funeral

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