La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

El tiempo a fondo

Porque contigo descubrí otra forma de mirar el mar y removerse en la arena,
porque el viento tenía otra voz y el cielo despuntaba con otros colores.
Los gestos se quedan,
se pierden
y desaparecen.
¡Necesidad de gritar!

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