La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

X e Y

La vida nos muestra sus ironías.
X se ha dado cuenta de que elige la tranquilidad, que no quiere debates ni opiniones contrarias a lo que piensa X, sólo quiere que le digan "lo has hecho muy bien cariño", siempre, por la mañana, por la noche y a todas horas. X quiere paz. En el fondo casi todos los X buscan eso, alguien que les admire, que en ningún momento muestre cierta superioridad intelectual. Si Y posee cierto pensamiento creativo y/o divergente, X se asusta y escapa. X quiere que Y se conforme con lo que X le ofrece y que en ningún momente busque mucho más, las insatisfacciones son obstáculos demasido grande para la mayoría de los Y.
Y también ha cambiado de parecer. Y se enamoraba de personas con esa superioridad intelectual que además le hicieran pasar ratos muy amenos. Ahora X sólo quiere minutos alegres, personas sencillas que le guste la conversación, los paseos y que se apasionen con el mundo y sus pequeños detallles. Y ha decidido que no busca un colega para escribir un libro filosófico (malo) sino que pretende encontrar alguien con el que padecer agujetas de color rojo anaranjado.

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