La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Así me siento (Lo siento no sólo voy a hablar de trabajo)

La muerte de los sentimientos no acontece. Lo que ocurre es que yo soy experta en enterrarlos vivos. Porque aunque esa no sea la felicidad que aspiro para mí, sí es la que puedo regalar a los demás.
Ese es el mejor presente que puedo hacer, conformarme con lo que me toca para verte volar en la distancia; pero verte volar, volar lejos, feliz y acompañado.
Ya casi sabes abrir tus alas del todo. Estoy muy orgullosa de ti, en todo.

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