La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Dulces, sabrosos, afresados y rumbosos
A mí los besos me sabían a caramelo,
se me desahacían en la boca cual auténtico manjar,
pero para gustos los colores,
pero para gustos los sabores.
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