La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Reflexionen

Hay determinadas frases que son lugares comunes para la mayoría de la gente que conozco.
Sencillamente son cancioncillas que nos sabemos.

Sin embargo, yo sé que frases digo con total conocimieto de causa y siendo consciente de que es lo que trasmito con ellas. Por tanto, si expreso mis sentimientos en mi blog, porque así lo siento, porque así lo quiero y porque es mi modo de hacer justicia con mi pasado. No me parece oportuno que alguien que no conoce las motivaciones y las razones venga a hacer guasa con ello.

Puede ser que sepamos que vamos a hacer daño con cierto tipos de comentarios y nos de igual. Puede ser, es respetable, cada uno tiene su grado de empatía (incluso podemos no tenerla). Pero no tener empatía no nos resta de la responsabilidad del daño que acarreamos. Y además, si uno no tiene ni idea de ciertas cosas, para qué meterse en ese entuerto, mejor pasar de largo ¿No?

Bécquer no me gusta, me parece tan ñoño como yo en algunas circunstancias (yo tampoco me gusto a veces, podemos deducir). Pero es cierto, que pasado el tiempo y analizando mis últimos años. Nadie me va a querer como me quiso ese chico vasco que me enseñó tanto. Nadie me quise ni me quiere como él (a pesar de ciertas cosas claro).

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