Estamos en la misma barca tú y yo,
luchamos por el mismo sueño.
Las lágrimas no nos detienen
y sabemos que alcanzaremos,
esa, nuestra ciudad invisible.
Quedan muchos pasos por dar,
pero juntos, codo a codo,
somos mucho más que dos.
Peleemos por nuestra felicidad,
la que casi ya rozamos con la punta de los dedos
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