Suenan cascabeles lejanos,
su tintineo rebrota desde lares ajenos.
Y te devoran recuerdos que no fueron,
que se perdieron,
con palabras tristes.
Miras alrededor,
no ves nada, sólo un pasado que araña,
la piel débil del futuro.
Y tergiversando lo que pasó
aún crees que puedes comprender.
La justicia nunca se te dio bien.
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